Entrevista a Òscar Vergens: “En el Club Nàutic Cambrils tengo el sentimiento de estar en mi casa. Ha sido el nexo con el pueblo de Cambrils”.

Nació en Lleida hace 56 años, pero lleva 50 viviendo en Andorra. Allí se casó, también con una leridana y tienen dos hijos, Mar y Guillem. A raíz de veranear en Cambrils, su hija empezó en la escuela de vela. Después pasó al equipo de regatas y el vínculo hizo que se compraran una embarcación y se hicieran socios del Club Nàutic Cambrils.

¿Cómo llegó a Cambrils?

Después de habernos casado, habíamos venido de vacaciones a la Costa Daurada y Cambrils. Cuando tuvimos a nuestra primera hija, Mar, hace 22 años, nos decidimos a tener una segunda residencia en la playa. Cambrils nos gustaba mucho y fue el municipio escogido para comprar una casa.

¿Cómo comienza la afición en la náutica?

Habíamos navegado muy poco. El origen de nuestra afición nace a través de la escuela de vela del Club Nàutic Cambrils. A Mar la apuntamos un verano al Casal de Mar. Se pasó unas semanas el primer verano. Le gustó mucho. Y repitió un segundo verano, y un tercer verano haciendo curso de vela. Cuando terminó la temporada, en la fiesta final nos propusieron que formara parte del equipo de regatas. Y así hizo. Durante cinco o seis años fue regatista de Optimist del Club.

¿Por qué lo dejó Mar?

Ser regatista viviendo en Andorra es difícil. El viernes papá coge el coche y baja. Al principio es menos. Una o dos veces al mes y regatas puntuales. A medida que vas subiendo, la exigencia crece y los últimos dos años fueron muy intensos. Muy bonitos también. Esto me ha permitido conocer a mucha gente de Cambrils. Un año realizó un curso intensivo de inglés en Irlanda y ya dejó la vela.

¿Te sientes cambrilense?

Siempre digo que soy una persona con un problema de identidad. Me siento leridano porque nací allí, me siento andorrano porque llevo cincuenta años viviendo allí y estoy nacionalizado, pero es que también me siento cambrilense y mi hija ha defendido el Club Nàutic Cambrils por toda la costa catalana.

¿Cómo diste el paso a navegar por cuenta propia?

Hace quince años y por mis inquietudes, me saqué el PER andorrano. En aquella época, una o dos veces al año alquilaba un barco y salía. A medida que pasaron los años, la economía me permitió comprarme una embarcación. Primero fue un Beneteau 7.50 que tuve ocho años. Ahora tengo un Jeanneau 10.5. aunque a muy lejos fuimos a Denia el último verano con dos parejas más. Antes sólo habíamos costeado por ahí.

Ambos se han llamado igual

Sí, los dos “Sa Calma”. El nombre tiene tres motivos. Uno es porque somos unos enamorados de Menorca, el segundo, porque es un estado del mar y por último, hay una urbanización en Andorra que se llama así.

Hace seis años te hiciste socio.

Sí, estaba de transeúnte. Que por cierto suena fatal, es muy fea esta palabra. Aproveché la oportunidad que salió para poder hacerme socio hace seis años.

¿Por qué recomendarías el Club Nàutic Cambrils?

Es el club de referencia de la Costa Dorada. Yo lo elegí porque lo tengo a un kilómetro y medio de casa. Pero a mí me ha ayudado. Ha sido el nexo de unión con el pueblo de Cambrils. Tenemos sentimiento de cambrilenses. Deseo llegar al Club y encontrármelo en condiciones. Me encanta venir al Club y encontrarme con vosotros, la gente que trabaja, con la que ya tenemos un vínculo. Venimos y nos encontramos a gusto. Tengo un sentimiento de estar en casa.

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