Nació en Buenos Aires, Argentina, hace 50 años. Lleva casi media vida en Cambrils. Y aquí fue donde cumplió su sueño de tener barco propio y navegar. Lo hizo a raíz de que su hijo mayor pasase de un curso de vela de verano al Optimist. Aunque viaja constantemente por todo el mundo por trabajo, no cambia Cambrils por nada.
¿Cuando empieza tu afición por la náutica?
En Argentina, de joven, trabajé en tema de reparación de velas. Estaba vinculado, pero no activo. Cuando navegaba era con amigos que tenían barco.
¿Cómo acabaste en Cambrils?
Mi madre se vino a Alemania y yo también fui. Después de estudiar, hice un viaje a España. Volví a Alemania. Y luego llegué a Tarragona por una cuestión de trabajo. Entonces conocí a mi mujer, que es de Cambrils. Eso fue en 1998. Estuve trabajando aquí, luego regresé a Alemania y en el 2000 ya estaba instalado aquí. Como mi trabajo no necesita un lugar específico porque me muevo por todo el mundo, Cambrils es el mejor lugar para estar.
¿A qué te dedicas?
Soy director de una empresa de reparación de vehículos dañados por el granizo. Este año ha habido muchos y a esto es a lo que nos dedicamos desde hace 20 años. Trabajamos a gran escala. Cuando hay un fenómeno de granizo, allí vamos y reparamos.
Te instalas en Cambrils y te compras un barco
Era una cuenta que tenía pendiente. En su momento no podía acceder a un barco. Siempre quise. En Argentina el único medio que tenía para navegar era ser amigo de alguien con barco. De pequeño no tuve la oportunidad que tienen mis hijos de hacer Optimist. Entré en la vela por mis hijos. Aquí tenía amigos que tenían barco y al final me decidí. Lo compré en 2018 y estuve cuatro años de tránsito.
¿Miraste otros clubs de la zona además de Cambrils?
Sí. Pero Cambrils es mi casa, ya, después de tanto tiempo y de conocer a todo el mundo. Cambrils te da algo que no te dan otros clubs. Estar en primera línea, tener acceso a todo lo que tienes. Y en esto creo que todo el mundo está de acuerdo conmigo. Además, aquí estamos muy resguardados de las inclemencias meteorológicas. El Club Nàutic Cambrils, comparándolo con otros puertos, des de Valencia a Gerona he estado en casi todos, es un puerto que es fácil de entrar. No tiene complicación.
¿Por qué decidiste dar el paso a socio?
Primero porque voy a cambiar de embarcación. He vendido mi barco y estoy esperando el nuevo, de 15 metros. Y segundo, porque mis hijos navegan aquí así que pasaré los próximos diez o quince años aquí, en el Club, ¿y es la mejor inversión que uno podía hacer, no?
¿Te integraste rápido?
Sí, porque me sentí súper bien acogido desde el primer día. No me cuesta mucho socializar, pero me han abierto las puertas desde el principio. Por mi parte, colaboro en lo que puedo en la escuela de vela y estoy apoyando cualquier evento y esto lo hago porque me encontré con un grupo genial humano. Me dieron la mejor bienvenida y me aceptan como aceptan a todo el mundo y me integraron como integran a todo el mundo y eso es importante.
¿Tus hijos, por qué empezaron a navegar?
Apunté al mayor, cuando tenía 8 años, al curso de vela del verano. Empezó, le gustó y hubo interés por parte de los entrenadores para que continuase y ahí seguimos. Ahora tiene 13 años. Esperamos ahora que mi segundo hijo, que tiene 6 años, que también siga. Él ha empezado por el Casal de Mar.
Además, considero que el Club Nàutic Cambrils tiene la mejor escuela de vela de Catalunya y donde quiero que se mantengan mis hijos y continúen navegando. El trabajo que hace aquí importante el Club es el de incentivar que nuestros hijos se interesen por la vela porque son el futuro del Club.
¿Qué te atrae de navegar?
Me da tranquilidad. Me atrae navegar de noche. Me gusta cruzar a Palma siempre de noche. Me da mucha paz el navegar y es el momento que puedo estar conmigo mismo cuando navego solo. Y si no con amigos, que también lo disfruto mucho. A mi mujer también le gusta mucho el mar y navegar y la playa, y estamos en el mejor sitio.
Locuron de entrevista, papa eres el mejor 😋
¡Ole!