Francisco de Miguel nació en Piedras Albas, Cáceres, hace 78 años. Estudió Marketing en Madrid y trabajó allí, aunque pronto se unió a una multinacional de embalajes, con la que estuvo de directivo en Brasil muchos años. Fue allí donde empezó a navegar. Después de una larga pausa, reanudó su pasión por el mar en Cambrils.
Francisco de Miguel sigue laboralmente en activo. Ejerce tareas de asesoramiento y misiones específicas para diversos grupos internacionales, además de la gestión de sus propias empresas. Es diplomado en marketing y graduado en derecho. Y ha sido presidente y miembro de Junta de varias multinacionales. Un extenso currículum que todavía le ha dejado tiempo para navegar.
¿Cómo empezó su pasión por la navegación?
A los 46 años me fui a Brasil a trabajar y tenía un chalet en la costa como segunda residencia. Había una bahía preciosa. La única distracción que tenías era tener un barco y echarte a la mar y me compré una zodiac pequeña. Nunca había navegado y la primera vez salí como pude.
¿Navegaba con toda la familia?
Sí, íbamos todos. Tengo dos hijas y un hijo. A los tres les encanta navegar y se sacaron allí el título, como yo. Nos aficionamos y compré un barco mayor. Beixa Flor. Luego me compré el Takeus 1. Pero entonces nos trasladamos a vivir a Holanda 14 años y allí ya no navegué.
¿Por qué?
Estaba en Ámsterdam, pero era complicado. Tenía el mono, pero también tenía un trabajo enorme, estaba todo el día en infinidad de reuniones a todos los niveles.
¿Qué pasó luego?
Cree una empresa en Reus y nos vinimos a vivir a Cambrils. Concretamente en Vilafortuny. Estando aun en Holanda, mis hijos me regalaron un amarre en el Club Nàutic Cambrils, eso es una indirecta. Era 2002 y me hice socio y me compré mi actual barco, el Takeus 2. El 1 se quedó en Brasil. Después compramos un segundo amarre más grande y mantenemos los dos. Uno lo tenemos cedido al club. Mi hijo Javier también se hizo socio y compartimos el barco.
Ahora navega a menudo.
Todas las veces que el mar me deja. Cuando hay más de fuerza 3 no salgo. Siempre hacemos las mismas rutas: Cabo de Salou, playa larga de Tarragona, cova del llop marí, Almadrava. También pesco bastante, sobretodo al curri. Navego todo el año, salvo los dos meses que hago la revisión y está en el varadero.
¿Por qué le gusta navegar?
Por varias razones. Una porque me encanta sentir el aire del mar en la cara, la tranquilidad que me da, me gusta sentir los motores enormes de mi barco y me siento el rey del mar. Y porque me ofrece la posibilidad de bañarnos o pescar sin que nos molesten, entretener a los nietos… Tengo nueve y a todos les he enseñado a esquiar.
¿Qué le parece la evolución del Club Nàutic Cambrils en estos veinte años?
Conozco el Club desde el bar precario y pequeñísimo que había aquí donde veníamos a buscar el hielo. Y he seguido muy de cerca las obras. Me informé muy bien en esa época, ya que renovaba. Considero que se ha ido por la línea correcta. La Junta Directiva actual me parece un a junta sólida, pragmática, que evita el clientelismo, son rigurosos y miran por la economía del socio.
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