Entrevista a Albert Puig: “El mar da un sentido de infinito y de que hay un lugar de escape”.

Albert Puig es cambrilense. Pero ha pasado los últimos 15 años fuera. Volvió hace dos años después de vivir en los cinco continentes dedicándose a la formación en el mundo profesional de alta competición, en el fútbol. Ahora disfruta de su municipio y de su pasión por el mar.

¿Qué estudiaste?

Quería hacer INEFC pero no pude entrar. Hice empresariales, no me gustó y lo dejé. Entonces lo compaginaba con ser entrenador de fútbol, ​​que empecé a los 16 años. Entonces me puse a trabajar en la inmobiliaria con mi padre, pero no me gustó y monté una agencia de seguros.

Entraste en el Barça como entrenador.

Sí, entré en 2003. En 2010 cambié a director de la Masía.

Empieza tu etapa fuera de Cambrils.

Sí. Viví cuatro años en Barcelona. Luego nos mudamos un año a Gabón, cuatro meses en Aruba, dos meses en San José (California, dos años en Manhattan, dos años en Nygata y los últimos dos años en Tokyo.

¿Tienes hijos?

Sí. Una niña que tiene ahora 14 años. Ella nació en Cambrils y cuando ella tenía tres años nos fuimos al extranjero.

¿Y la náutica cómo entra en esta ecuación?

Porque soy de familia marinera por parte de madre. Siempre me ha llamado el mar. Pero no había navegado. Cuando vivía en California, en 2016, tenía el verano libre y me compré un velero en 2016 llamado Blue Hour y me hice socio del Club Nàutic Cambrils. Lo que ocurrió es que a los dos años fui a Nueva York ya Nueva York ya no podía venir los veranos. Y el velero necesita un mantenimiento. Decidí venderlo.

Al volver aquí quería otra cosa más cómoda y me compré una embarcación a motor de 8 metros llamada Camparino. Me gusta mucho salir en invierno cuando no hay nadie. Soy feliz.

¿Navegas solo?

En invierno sí. En verano me acompañan más. Vamos a pasar el día fuera, comemos, nos bañamos… Pero a mí me gusta el invierno.

¿Por qué te gusta navegar?

Por la sensación de libertad que da el mar. El mar da un sentido de infinito y de que existe un lugar de escapada. La montaña también me gusta, pero me ahoga si estoy mucho tiempo.

¿Por qué vuelves a Cambrils?

Por mi hija. Tiene 14 años y considero que debe vivir su adolescencia aquí, con sus raíces. Además tengo la familia aquí y soy mucho de Cambrils. Ahora vivo aquí pero hago viaje mucho haciendo consultorías con equipos, conferencias y otras cosas.

Y acabas de poner en marcha un nuevo proyecto, la Fundació Ciutat de Cambrils. Cuéntanos.

Creo que la sociedad civil debe hacer algo. Debe darse cuenta de que debe moverse por sí misma. Gracias a las diferentes culturas que he conocido, he aprendido que si te va bien en la vida y tienes tiempo, debes devolverlo a la sociedad. No debes pensar que el éxito ha sido por ti, sino por la gente que te rodea y las circunstancias. Y así nació la idea de una organización privada para ayudar a cualquier tipo de talento. Creo que hay mucho talento que se pierde.

Empecé a hablar con gente y generamos ideas que se desarrollaron. Es una iniciativa 100% privada, no queremos subvenciones públicas. Queremos funcionar con recursos empresariales, colaboradores, comercios… Para poder distribuir al máximo posible el apoyo a diferentes ámbitos de talento: académico, deportivo, artístico, náutico, pesquero… Desde aquí, si me permite, pido a los socios del Club que colaboren. Teniendo embarcación en el CNCB, también son Cambrils, y seguro que nadie mejor para entender que es necesario ayudar al talento a abrirse camino en este mundo tan competitivo. Ya les doy las gracias, porque sé que puedo contar con vosotros y con el Club Nàutic Cambrils como institución importante de la ciudad.

Conoces el Club desde pequeño. ¿Cómo has vivido su evolución?

Creo que tenemos un club precioso, por su ubicación. No estamos fuera del pueblo como otros muchos clubs. Aquí, puedes ir con la barca y enseguida estás en el pueblo. Está todo muy bien organizado. Quizás como crítica constructiva, diría que falta más implicación del pueblo. El Club debería ser parte de Cambrils.

¿Por qué recomendarías el Club Nàutic Cambrils?

Primero, por su ubicación, que es extraordinaria. Es el mejor pueblo de la costa catalana. Para la gente que trabaja, es impecable su profesionalidad, está todo muy bien organizado. También por la proximidad: tienes las tiendas, los restaurantes, cerca, puedes ir andando. Y, además, es seguro y muy bien cuidado. Ahora funciona muy bien.