Entrevista a Alfred Macià: “Yo considero que el Club no es tener un barco, sino que es fomentar la náutica”.

Alfred Macià nació en Aitona, Lleida en 1945. Su vida profesional le llevó, primero, a vivir a Lleida, donde era inspector provincial de farmacia. Y después, a Fraga, donde abrió una farmacia. La alternaba siendo el responsable de la salud pública del Bajo Cinca. Además, perteneció a la primera promoción de epidemiólogos, en 1971. Su pasión por la pesca le llevó al Club Nàutic Cambrils hace 20 años.

¿Cómo comienza su afición por la náutica?

Desde muy joven me gustaba pescar e iba a los pantanos a hacerlo. Iba con mi mujer, Obdulia. Íbamos a Oliana, sobre todo. Cuando tenía 30 años me compré el primer barco, de segunda mano, procedente de pescadores.

¿Quién le enseñó a navegar?

Me saqué el título en Tarragona. En esa época fue el Patrón de Embarcación de Pesca de segunda clase.

¿Cómo fue a parar a Cambrils?

En un inicio teníamos un chalet en Peñíscola y el barco en el Club Náutico de Vinaròs. Pero con el tiempo encontraba que estaba demasiado lejos de Lleida. Celebramos un consejo familiar. Mis hijas, tengo tres, votaban por Salou. Y nosotros por Miami, más tranquilo. Al final nos decidimos por Cambrils, que es familiar y que está en medio. Además, yo le conocía a raíz del trabajo de mi padre, que era administrador de FECSA y bajaba a menudo. Recuerdo, cuando era pequeño, que el club acababa en tierra, no en hormigón.

Y se hizo socio en el 2003.

Sí. Compré un amarre. Me gustó enseguida el Club. Era muy acogedor, sobre todo había muy buen ambiente entre los socios que salíamos a pescar. Me quedé aquí, hice mi grupo de amigos, nunca he tenido ningún problema con los compañeros.

Usted es muy social. Siempre que proponemos una actividad, se apunta.

Sí, a mí me gusta mucho la vida social. Yo considero que el club no es tener un barco, sino que es fomentar la náutica. Con ese propósito entré en la Junta Directiva hace muchos años. Fui delegado de pesca porque quería fomentarla. El pescador es un hombre que se levanta muy temprano, sale al mar, por radio sabes que está aquí… En ese momento creamos el Campeonato de Curricán de la Costa Daurada.

Incluso hicimos unas jornadas de navegación y pesca con niños de familias sin recursos, para que también pudieran disfrutarlos y darles a conocer estas prácticas y aficionarse. Lo hacíamos con la pesca del pulpo, que es sencilla y puedes controlarlos. Cuando llegábamos, el actual contramaestre Javier les hacía una demostración del pulpo da feira.

Sé que participó en la Travesía Solidaria por la ELA acompañando a uno de los equipos con su embarcación. ¿Cómo vivió la experiencia?

Yo me quedé acomplejado. Me tocó un equipo que parecía tenerlo como un entrenamiento. Era impresionante el equipo que me tocó a mí. Yo por ir a Calfat caminando me las vería y desearía y ellos nadando no querían salir del agua. Acompañábamos, vigilábamos, si se desviaban les hacíamos señales. Fue una maravilla. Yo disfruté de ver lo que es capaz de hacer a una persona entrenada.

¿Con quién iba usted?

Con mi esposa. Ella es copiloto. A ella todavía le gusta más navegar y pescar que a mí. Las maniobras en puerto las hago yo, pero ella tiene más experiencia en capear temporales. Siempre salimos los dos.

¿Por qué recomendaría el Club Nàutic Cambrils?

Por muchas razones, sin lugar a dudas. Sinceramente creo que éste es un momento dulce del Club. Creo que se han vencido problemas que ha habido que son personalismos. Ahora es cuando veo que el socio es lo primero para el Club. Ahora da gusto porque cuando un socio tiene una necesidad, primero es el socio que los intereses comerciales que pueda haber. Y esto me gusta mucho.

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