Nacido en Marcilla, Navarra, en 1948, Antonio Rodríguez tenía lejos el mar. De joven ya soñaba con tener un barco. Hace años que cumplió su sueño y de hecho vive en el suyo todo el verano.
¿Siempre le atrajo el mar, aunque lo tuviera lejos?
Sí. El mar lo tenemos en la costa vasca. En San Sebastián, a unos 100 km. Nosotros de jóvenes hemos hecho camping y nos ha gustado siempre el mar. Íbamos a la zona de Oropesa, Peñíscola, Benicarló. Des de recién casados soñábamos con tener un barco. Mi mujer es del pueblo vecino, de Peralta.
¿Cuándo cumplieron su sueño?
Cuando la economía nos lo permitió. De jóvenes avanzamos con la industria que tenemos en el pueblo. Es una empresa de estampación de chapa y construcción de armarios metálicos. Llegó un momento que pudimos, y quisimos, y compramos el primer barco hace 18 años en Mallorca, un Jeanneau antiguo. Se llamaba Argonavis.
¿Navegaron entonces toda la familia?
Cuando nos compramos el barco, nuestras dos hijas ya estaban casadas y ya teníamos nietos. Nuestro hijo no, que es el más pequeño. Venía con nosotros. Luego ya se casó y tuvo un niño y una niña y son ellos, los cuatro, lo que vienen a navegar sobre todo. Aunque a los otros también les gusta.
Antes de establecerse en Cambrils como puerto base, estuvieron en Coma-ruga.
Sí. De Mallorca lo llevamos a Coma-ruga. Coma-ruga lo conocimos de muy jóvenes porque antes de tener barco tuvimos una pequeña lancha de 4 metros con la que hacíamos tanto esquí acuático en los ríos navarros como en el mar. Cuando íbamos de camping usábamos esa barquita de remolque. Llevábamos la tienda de campaña, el frigorífico…
¿Por qué cambiaron a Cambrils?
Coma-ruga tenía cierto encanto. El Vendrell, que está al lado, es una ciudad muy bonita, con comercio. Nos gustó aquella zona. Yo me saqué el título de patrón en Coma-ruga pero es un puerto con dos bocanas, la de poniente y la de levante. La de Levante se suele inundar de arena y algunas veces esa arena nos metió en un apuro. Buscamos otro puerto, porque además cambiamos de barco, queríamos ponerle la hélice de proa al barco y alguien de Coma-ruga nos recomendó a Hermanos Berga. Vinimos a poner la hélice de proa y ya no nos fuimos. Aquí nos quedamos.
¿Conocíais a alguien en el Club?
A nadie.
Ahora en cambio disfrutáis de lo lindo.
Sí. Venimos regularmente todo el año, aproximadamente una vez al mes. Y el verano lo pasamos entero. Dormimos en el barco. Se duerme muy bien. Es una maravilla.
¿Qué barco es?
Un velero de 12 metros. Se llama Azul 5. No le cambiamos el nombre porque mi nieto de 5 años es un forofo del color azul.
¿Por qué recomendaría el Club Nàutic Cambrils?
El Club Nàutic Cambrils tiene varias cosas por las que recomendarlo, pero principalmente dos. La primera, la seguridad. Cuando vienes aquí y ves semejante bocana y semejante explanada, para poder recoger velas si hace falta dentro del puerto, da mucha seguridad. Hay unos canales que son amplios donde puedes maniobrar tranquilamente, cosa que echábamos en falta y que no hemos encontrado en otros puertos. Esta es la primera cualidad importante de Cambrils. La segunda, que es un puerto en el que hay mucho ambiente náutico. Como Club se merece todos los respetos.
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