Jordi tiene 60 años y conoce el Club Nàutic Cambrils desde pequeño. Su padre, Albert, fue contramaestre desde 1968 y hasta jubilarse. Ha navegado en 420, crucero, windsurf y desde hace unos años, con embarcaciones a vela latina. Hace 7 años que preside Arjau Vela Latina de Cambrils y asegura que el vínculo entre ambas entidades es indispensable.
¿Cuándo empezó su relación con el Club Nàutic Cambrils?
Muy pronto. De pequeño mi padre entró a trabajar. Era pescador y lo dejó porque le ofrecieron su trabajo aquí en 1968. Pasaba todo el verano en este entorno. Recuerdo a muchas personas, alguna anécdota, muchos rincones (las primeras pasarelas de madera, el ancla, las playas), las personas (Angel, Juanito, Alberto Talayero, Pepe Delgado, Mª Luisa…). Recuerdo especialmente la llegada de nuestro padre a casa y cómo le explicaba a la madre cómo vivía el cambio de pasar de trabajar en el mar a hacerlo en tierra.
¿Qué estudió?
Soy Licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad Barcelona. Actualmente ejerzo de Docente de Secundaria en Valls.
¿Cuándo empezó a navegar?
En verano veíamos que había un 420 de un socio que no lo utilizaba y mi padre, supongo que por insistencia de mi hermano y mía, se lo pidió. Recuerdo como si fuera hoy la primera vez: preparamos el barco en la playa junto al varadero. Yo estaba expectante. Me dice: “embárcate”. Pensé que me daría las últimas explicaciones. De repente, dio un fuerte empujón y… ¡a navegar!
Años más tarde conseguimos un 470 y estábamos en el agua mañana y tarde. En invierno, la ropa técnica no era como ahora y los compañeros de invierno tampoco eran los del verano. O jugabas a fútbol o no eras nadie.
¿Por qué no pasó a una embarcación individual?
El paso lógico era el crucero y ya iba, porque cuando faltaba alguien en embarcaciones de socios, me embarcaba. Aprendí la técnica gracias a otros socios que necesitaban marinero. Pero el contacto con el agua me gusta demasiado y empecé a practicar windsurf.
¿Quién le enseñó?
Leyendo y pasando horas en el agua. La Física es la misma para todas las embarcaciones a vela.
¿Hasta cuándo hizo Windsurf?
Aún lo hago. Lo que ocurre es que ahora he tenido la suerte de que la tecnología ha incorporado el foil. Esta herramienta ha cambiado mi relación con el mar. La incorporación del foil marcará una nueva época.
¿Nunca se planteó comprar una embarcación en aquella época?
Sí. Pero era algo económico. Donde llego yo, sólo es cómodo para mí, no para toda la familia.
¿Tiene hijos?
Sí, dos, y también navegan. Pau fue monitor durante cuatro veranos y Julia es una apasionada.
¿Cómo pasa a la vela latina?
En casa las barcas de madera siempre han estado presentes. Barcas de madera con muchos años.
Por otra parte, en 1991 fui a un encuentro de vela latina en Cadaqués. En la Cataluña Norte hay una flota importante de barcas de madera con este tipo de aparato. El ambiente era muy participativo y un francés me dijo: “¿Quieres subir?”. Lo hice y hasta la fecha. Por eso siempre invitamos a gente, porque a nosotros nos invitaron.
Si tengo necesidad de navegar rápido, ya hago windfoil. Navegar en Vela latina es todo un mundo, poco a poco, tranquilo.
De 1991 a 1996 es cuando consolido la decisión. Con Marta, buscamos una embarcación y mi hermano Albert la reconstruye. Estuvimos un año trabajando en el proyecto. Mientras, navegaba con el Calau en Cambrils. Un viejo pescador que todavía conservaba su barca de madera con el aparejo latino. Paralelamente Josep Lluís Savall consigue reunir a un grupo de personas sensibilizadas con la conservación del Patrimonio cambrilense (entre los que estaba el recientemente desaparecido Fernando Cendra) y fundan l’Arjau.
¿Y la segunda embarcación?
Llegó después de que la primera se quedara pequeña. Marta participa mucho y decidimos buscar otra. En 2011 encontramos una joya de 38 palmos (26 pies) hecha en Formentera. Actualmente lleva el nombre de uno de mis abuelos (Miquel Nansa). Con ésta nos quedaremos.
Arjau Vela Latina de Cambrils cumplía el año pasado 25 años. ¿Cuál ha sido su evolución?
Podríamos decir que hemos corregido el rumbo. La navegación en Vela Latina sigue siendo prioritario, pero hemos dado fuerza a otros ámbitos. Somos una asociación cultural única en ese escenario. Hemos conseguido siempre, durante todos estos años, el apoyo de todos, sea quien sea, mande quien mande. Antes íbamos con el escudo de la vela latina y ahora vamos con el escudo de “el patrimonio marítimo de Cambrils, que se entiende, no sólo vela latina, no sólo embarcaciones, también forma parte la comunidad pescadora. La forma de ser es un rasgo de identidad y esto proviene de este oficio”. El espacio del puerto ha cambiado. En 1964 entra en escena el Club Nàutic Cambrils. Cuando lo coge Ports de la Generalitat entran más factores, pero nos mantenemos como asociación cultural para difundir, para enseñar, desde nuestro punto de vista.
Somos gente preocupada por transmitir la manera de enfrentarse al mar, como navegar, las maniobras, el vocabulario, los aparejos de pesca, de enseñar las particularidades de la comunidad pescadora de Cambrils. Esto se entiende mejor si lo haces poniéndote en la piel de la gente que ha vivido de la pesca.
Lo que nos va muy bien es poder contar. Cuando pedimos, nos dan, pero nos gusta que nos escuchen.
¿Cómo es la relación con el Club Nàutic Cambrils?
Siempre ha sido muy buena. Pensamos que existe una relación de respeto mutuo. El soporte que nos da el Club Nàutic es material, pero también inmaterial a través de la confianza. Nos gusta dedicar tiempo a explicar a la Junta Directiva nuestro trabajo. Entendemos que tenemos unos objetivos distintos a la mayoría de personas que se relacionan con el Club. Tanto las entidades públicas como las empresas nos respetan mucho y estamos contentos por su soporte. La colaboración es necesaria. Sin el apoyo del Club Nàutic Cambrils no podríamos hacer lo que hacemos. Tanto la dirección como la gerencia dan el tiempo y el material necesario para poder realizar nuestras actividades con un sello de calidad. Es necesario agradecer también a la marinería y sección deportiva, su capacidad de resolución de problemas en el momento que las llevamos a cabo.
¿Cómo son las salidas a vela latina?
Nuestras salidas son cortas. En invierno salimos los fines de semana, de once a una. Quien quiere salir, se apunta. Por cierto, que estamos encantados de embarcar a gente. Desde aquí invitamos a los socios que quieran, a probar a navegar en vela latina. Si están interesados en conocer, contacten con nosotros.
¿Tiene relieve generacional?
Sí, entendido como personas con más de 30 años, interesadas en difundir el patrimonio marítimo de Cambrils y tener la sensación de navegar utilizando maniobras y vocabulario exclusivo. El relevo generacional entendido con niños o adolescentes también lo trabajamos. Así, una de las actividades que realizamos en la conmemoración de los 25 años fue con todas las Escuelas e Institutos para que el alumnado y profesorado cambrilense conociera de primera mano nuestra asociación. Intentamos hacer mucha difusión tanto con prensa como con las administraciones.
¿Está viviendo un buen momento l’Arjau?
Pienso que está viviendo uno de sus mejores momentos porque nos relacionemos con el entorno con seguridad, confianza y con el apoyo del resto de actores de este nuevo escenario que es el Puerto de Cambrils. Y no olvidéis que nos gustará enseñaros lo que hacemos en el mar y en tierra.
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