Entrevista a Guillermo Cañardo y Marc Miró

El pasado 1 de octubre, los regatistas del Club Nàutic Cambrils, Guillermo Cañardo y Marc Miró iniciaron la regata Mini Transat La Boulangère. Una aventura que durante más de un mes les llevará a cruzar el atlántico en solitario con embarcaciones de 6.5 metros de eslora. Antes de su partida hablamos con ellos para conocer de primera manos sus impresiones sobre este nuevo reto.

Guillermo Cañardo: nacido en Barcelona hace 44 años, vive en Tarragona desde los 17, actualmente en Alforja. Padre de 1 hija. Médico de urgencias de profesión, actualmente en el SEM y helicóptero sanitario de Tarragona. Aficionado al mar y navegar a vela desde muy pequeño, principalmente en patín a vela, también a la montaña y las carreras de montaña de larga distancia. Socio deportivo del CNC desde el año 2013.

Marc Miró: Vecino de Reus, 41 años, piloto de la Marina Mercante, actualmente se dedica a la calibración de compases marinos en buques mercantes, buques de recreo, barcos de pesca, yates y veleros. Así mismo al  ejercicio de Capitán en veleros tanto de recreo como comerciales. Después de la Minitransat La Boulangère le gustaría seguir  desarrollándome en la navegación de altura. Sus aficiones: lectura, dibujo, deportes de carrera, montañismo y música.

¿Cuál es el verdadero objetivo de navegar más de 4.000 millas en solitario?

Guillermo: El verdadero objetivo de navegar más de 4.000 millas en solitario y sin comunicación es conseguir llegar al otro lado del Atlántico,  disfrutando de una inmersión en la naturaleza pura con una desconexión total de nuestro mundo habitual.

Marc: Completar una regata de este calibre tiene unos objetivos entrelazados, quiero decir que no hay un sólo objetivo más bien se trata de la culminación de una faceta deportiva y al mismo tiempo experimentar la libertad de la navegación en alta mar usando como única propulsión la fuerza del viento, el empuje de las olas y la deriva de las corrientes marinas.

En conjunto esta navegación requiere el desarrollo de una serie de habilidades como la autosuficiencia, disciplina, autocontrol, preparación, planificación.Esto hace que la entrega personal sea total, hay que dar todo y hacerlo con el corazón pues la recompensa no es material…

¿Desde cuándo se entrenan y cuáles son los principales peligros de cruzar el atlántico?

Guillermo: Navego en este barco desde el año 2013,  llevando ya muchas millas en solitario. Los 2 últimos años he podido entrenar mucho menos al estar trabajando en alta mar en un barco de salvamento de Proactiva Open Arms. Es muy importante también la preparación mental para tantos días de aislamiento. El principal peligro es caer al mar, lo que muy probablemente significaría la muerte, ya que el barco sigue navegando. Hay que ir siempre atado al barco. Otros peligros son la colisión con objetos flotantes (puede significar naufragar), atropello por un mercante (somos muy pequeños en comparación con estos barcos) o rotura de alguna parte fundamental del barco, principalmente el mástil, botalón o el timón, lo que puede significar alargar la travesía muchísimos días o tener que ser rescatado con la consecuente pérdida del barco.

Marc: Adquirí el barco en el año 2012 y después de un gran “lavado de cara” empecé a entrenar en el Club Náutico de Cambrils en el 2014, realizando las regatas del circuito Mini Mediterráneo. En el 2015 me incorporé a la Base Mini Barcelona donde se ha consolidado un centro de entrenamiento de Minis con un gran potencial y futuro como una auténtica cantera de navegantes (mujeres y hombres por igual). Desde luego el Club Náutico de Cambrils ejerció de catalizador y dinamizador de la Clase Mini en nuestra provincia de Tarragona, es por ello que mi agradecimiento para con el Club es muy alto.

¿Lo más duro es dejar la familia y estar incomunicado o hay coses más difíciles de superar cuando uno está solo en medio del océano?

Guillermo : Dejar la familia siempre es difícil, sobre todo para ellos que se preocupan por los riesgos. Para estar solo en medio del océano hay que llevarse bien con uno mismo, es un buen lugar para conocerse a uno mismo, ya que afloran todos tus pensamientos y deseos más profundos. Es una buena ocasión para reencontrarse y planificar tus prioridades brutales, allí en medio ves muy claro cuáles son las cosas que realmente amas y añoras.

Marc: Sin duda el soporte que nuestra familia nos da en tierra, se pierde en la solitud del Océano, pero el recuerdo surge al poco de sentir la soledad y ésta queda más o menos controlada. Creo que lo más difícil es dominar el estrés y el agotamiento, ya que el estado de ánimo depende en gran medida del descanso, así, es imprescindible descansar y alimentarse bien desde el principio de la travesía. Personalmente me permito ciertos lujos como un poco de vino del Priorat, comidas un poco decentes y buena lectura tanto en papel como en formato digital.

¿Qué se llevan en una regata de tantos  días y cómo se gestiona el descanso? 

Guillermo: Es fundamental poder descansar, el barco dispone de un piloto automático alimentado por baterías cargadas fundamentalmente por la energía solar (no disponemos de motor). Dormimos en periodos de 30 minutos hasta un total de 4-5 horas al día, parece mentira pero dormir 30 minutos te permite descansar, e incluso soñar. Es muy importante cuidarse y descansar, si por las circunstancias de la navegación no duermes lo suficiente muy pronto aparecen alucinaciones que pueden llegar a ser peligrosas.

Marc: La gran cantidad de alimentos y agua que llevamos es absolutamente necesaria ya que el consumo energético es muy grande así como el calor. Para amenizar los platos embarco una buena colección de especies así como un buen aceite de oliva, lo que hace que los platos liofilizados tengan mejor sabor, pero también llevo judías, lentejas y garbanzos precocinados, listos para comer y aportar un buen plato a la dieta. La higiene tanto física como mental ocupa un buen lugar en la disciplina diaria, incluyendo duchas (contacto íntimo con el océano) y una buena lectura. Esta vez he elegido una aventura polar: “Antarctica” de Otto Nordenskjöld. Esta obra tan alejada en tiempo y espacio me permite alejarme de la tensión de la navegación y disfrutar de la antigua escuela de aventureros y navegantes, que ha tantas generaciones han inspirado y han de inspirar.

 

 

 

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