De Viana do Bolo (Ourense) al corazón de Cambrils hace 32 años. Así es la historia de Javier Bembibre, una de las personas más importantes en el mantenimiento del Puerto de Cambrils y del varadero, el área más técnica del Club. Ser el contramaestre del CNCB y después de tantos años, le permite tener una radiografía mental de los pantalanes del Club Nàutic que le facilita mover embarcaciones como nadie de forma ágil y rápida en función de las necesidades diarias. “A lo largo de los años se ha convertido en un juego de tetris, encajar piezas en forma de embarcaciones a los amarres disponibles y superar las pantallas diarias”. Con el paso de los años, se ha ganado la confianza de socios, transeúntes y de su equipo de 10 personas entre marineros y personal de servicio que entienden que dar respuesta de forma inminente i adecuada forma parte de los quehaceres del Club. “Las relaciones humanas y la empatía con el cliente siguen siendo lo más importante” asegura con su acento gallego.
De 56 años y voz pausada, Bembibre -de carácter tranquilo y paciente- admite que se enfada cuando el día a día no le permite tener las tareas tan ordenadas como él querría. Justo con la llegada del mes de junio su volumen de trabajo se centra, principalmente, en la actividad náutica y atender las necesidades de las embarcaciones una vez están al agua mientras que el resto del año son tareas mucho más técnicas y de mantenimiento.
Con todo, las obras de remodelación del Club de los últimos meses han significado un volumen extra de trabajo que han resuelto buscando siempre la comodidad y bienestar de los usuarios y socios del Club mostrando siempre la mejor sonrisa cuando le han hecho llegar algún malestar o sugerencia. Cuando no está en el Club, disfruta el máximo posible de su vida de padre y reciente abuelo.
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